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  • Foto del escritorIsabel Landeros

Meryl Streep reflexiona acerca de la empatía y el deber de un actor

La esencia del trabajo de un actor reside en establecer conexiones con las experiencias y emociones de otros teniendo como base la empatía, el corazón latente del don de un actor.


En una tarde llena de emoción y elegancia, la aclamada actriz Meryl Streep ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes en reconocimiento a su destacada carrera en el mundo de la actuación. Con tres premios Oscar y 21 nominaciones, Streep es una de las intérpretes más respetadas del mundo, y su legado en la industria cinematográfica es indiscutible.



El reconocimiento se otorgó en una ceremonia donde la actriz pronunció un emotivo discurso en el que reflexionó sobre la importancia de la empatía en la actuación y la responsabilidad que conlleva dar voz a personajes ficticios. Streep comenzó su discurso destacando que la esencia del trabajo de un actor reside en establecer conexiones con las experiencias y emociones de otros, y que la empatía es el corazón latente del don de un actor. "Es la corriente que nos conecta a mí y a mi propio pulso con el de un personaje de ficción", expresó Streep.


La actriz enfatizó la capacidad de los actores para influir en el pulso emocional del público, ya que su sistema nervioso, conectado por simpatía con los personajes, transmite esa corriente a todos los presentes en la sala. Esta conexión, según Streep, es lo que permite que la magia del teatro y el cine cobre vida y llegue al corazón de la audiencia.


Además, Streep reconoció que los actores, en su esencia, juegan con la impostura, asumiendo la identidad de personajes que no son ellos mismos. La actriz se cuestionó quién era ella para interpretar a figuras tan dispares como la Primera Ministra del Reino Unido, una superviviente polaca del Holocausto o una experta en moda. Su respuesta, en última instancia, radica en que el trabajo de un actor es el de invadir y encarnar vidas que difieren de la suya propia.


En su discurso, Streep también compartió sabias palabras de artistas y colegas. Citó a Picasso, quien afirmó que "Imitar a los demás es necesario. Imitarse a uno mismo es patético", y recordó la frase de Penélope Cruz: "¡No puedes vivir tu vida mirándote a ti mismo desde el punto de vista de otra persona!".


La actriz, que ha protagonizado algunos de los papeles más memorables de la historia del cine, concluyó su discurso rindiendo homenaje a Federico García Lorca y su obra "La Casa de Bernarda Alba". Streep destacó la perspicacia de Lorca al escribir sobre la repetición de la historia y la importancia de su obra como una advertencia para el futuro.


En una época de creciente hostilidad y volatilidad en el mundo, Meryl Streep enfatizó la importancia de la empatía como una forma radical de acercamiento y diplomacia, no solo en el ámbito de la actuación, sino también en la vida cotidiana. "En nuestro mundo cada vez más hostil y volátil, espero que podamos hacer nuestra otra regla que se enseña a todos los actores: lo importante es escuchar", concluyó la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes.

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