Más de 60,000 corazones latieron al unísono en el Foro Sol de Ciudad de México, testigos del regreso mágico de RBD después de 15 años. Estrellas en la frente, sombreros rosados y mensajes de amor, la icónica banda llenó el escenario de nostalgia y esperanza en una noche llena de emociones.
Ciudad de México. - Desde el primer acorde, el Foro Sol se convirtió en un mar de emociones y recuerdos. RBD, después de más de una década de ausencia, hizo su triunfal retorno a los escenarios de Ciudad de México en el primero de seis conciertos que marcarían un hito en la historia musical del país.
El espectáculo fue una oda a la resistencia, a la perseverancia y al amor eterno de los fanáticos. Estrellas en la frente, sombreros rosados y sacos rojos resplandecían en la multitud que se entregó por completo a la experiencia. El frío de la noche se desvaneció ante la calidez de la música y la conexión única que solo RBD puede generar.
Cada integrante de la banda aprovechó el momento para dirigirse a los más de 60,000 asistentes. Christopher Von Uckermann, con gratitud en su voz, preguntó cuántos estaban viviendo su primer concierto de RBD, desencadenando una ovación ensordecedora. "Gracias por habernos esperado tantos años", expresó von Uckermann antes de sumergirse en "Cerquita de ti", un himno que habla de las dificultades superadas para reunirse con un ser querido.
Christian Chávez, ataviado en un traje de charro rosado con bordados dorados, rompió barreras al cantar en solitario. Entre notas de "Tu amor" y fragmentos de "El rey", Chávez proyectó la bandera mexicana en la pantalla gigante y, posteriormente, la bandera de la diversidad sexual, subrayando su mensaje de inclusión. "¡México! Por favor, vivan su vida", exhortó Chávez, dejando un eco de empoderamiento en la audiencia.
Dulce María, elevándose sobre un símbolo de amor y paz, entonó "No pares" en una pasarela que se extendía hacia la zona general. Con una capa blanca que llevaba el símbolo del amor y paz estampado en colores de la bandera mexicana, agradeció a los fans por la espera y compartió un mensaje de esperanza. "Hoy más que nunca, en este mundo como está, necesitamos tener fe, saber que la vida tiene sentido", expresó Dulce María.
Maite Perroni, también compartiendo su voz y su sabiduría, alentó al público a seguir creyendo en sus sueños. "Hay que dejarse guiar por el alma, por el corazón, y nunca rendirse", afirmó mientras interpretaba "Empezar desde cero". "No importa cuántas veces tengan que volver a empezar, siempre vale la pena", agregó, recordando sus propias experiencias de reinicio y resiliencia.
La noche estuvo marcada por momentos impactantes, como Anahí llevando un mensaje poderoso durante "Sálvame". La canción, que habla de salir de la oscuridad por el ansia de un amor, adquirió un nuevo significado cuando Anahí reveló una camiseta rosada con la frase "ni una menos", en solidaridad con la lucha contra la violencia de género. Montada sobre una estrella que se elevaba por encima del escenario, Anahí exclamó al final de su presentación: "¡Ni una menos!".
Con más de 20 canciones, RBD no solo ofreció un concierto, sino un viaje a través del tiempo. El regreso a Ciudad de México es más que una gira; es un reencuentro con una generación que creció con su música. El cierre de la noche dejó a los fans ansiosos por lo que sigue: el último concierto en el Estadio Azteca el 21 de diciembre.
La gira "Soy Rebelde" no solo representa el regreso triunfal de RBD, sino también la capacidad perdurable de su música para unir a las personas. El Estadio Azteca, testigo de eventos históricos, será el escenario de un concierto que quedará grabado en la memoria colectiva. En un país que ha esperado 15 años para verlos juntos nuevamente, RBD demuestra que su legado musical sigue vivo y vibrante.
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